El mercado laboral mexicano cerró el primer trimestre de 2025 con un importante avance al registrar una tasa de desempleo histórica de solo 2.2%, la cifra más baja desde que se tienen registros. Esta caída se traduce en una disminución mensual de 166,739 personas en la población desocupada, y una destacada creación de empleo que se refleja en la incorporación de 562,560 personas a la población ocupada en marzo, la cifra más alta desde julio del año anterior.
Una tendencia positiva en el cierre del primer trimestre
El buen comportamiento de la economía laboral en el primer trimestre es notable. La tasa de desempleo, que había alcanzado previamente un mínimo histórico del 2.3% en marzo de 2024, sigue una tendencia descendente, con una reducción acumulada de 0.2 puntos porcentuales en lo que va de 2025. Además, 825,450 personas abandonaron la Población No Económicamente Activa (PNEA), rompiendo una tendencia de incremento de esta cifra que se había mantenido durante los cuatro meses anteriores.
Este movimiento también se reflejó en la tasa de desempleo extendido, que incluye tanto a las personas desocupadas como a las que están disponibles pero no buscan activamente empleo. En marzo, este indicador bajó de 10.2% a 9.7%, lo que refleja una mejora en las condiciones del mercado laboral.
El papel del empleo formal e informal
Un dato clave es que el 61% de los empleos generados en marzo fueron formales, lo que marcó el primer aumento positivo en la formalidad en 2025, alcanzando los 27.2 millones de trabajadores. Este avance se produjo en un contexto donde la tasa de informalidad registró una leve disminución de 0.1 puntos porcentuales, ubicándose en el 54.4%, gracias al fortalecimiento del empleo formal. Sin embargo, el sector informal sigue siendo un componente significativo de la economía laboral.
El empleo formal, con sus ganancias, se consolidó principalmente en los sectores de servicios. Dentro de este sector, áreas como el transporte, los servicios profesionales y el trabajo en el gobierno sumaron cientos de miles de nuevos puestos de trabajo. En contraste, la agricultura y el sector industrial mostraron descensos notables, con la agricultura perdiendo 452,763 empleos, y la industria, particularmente la construcción y la minería, perdiendo 123,224 plazas.
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Desafíos persistentes y un panorama menos optimista anual
Aunque el trimestre cerró con resultados positivos en términos de desempleo y creación de empleo, el panorama anual revela una historia más compleja. En comparación con marzo de 2024, la población ocupada en marzo de 2025 fue menor en 88,134 personas, lo que refleja una desaceleración en la generación de empleos en el transcurso del último año. La tasa de desempleo mostró una disminución más moderada de solo 0.1 puntos porcentuales, y la Población Económica Activa (PEA) también se redujo en 128,000 personas.
Este descenso en la PEA refleja un debilitamiento en la disposición de la población en edad laboral para buscar empleo, lo que se evidencia en un aumento de la Población No Económicamente Activa (PNEA), que alcanzó los 41.9 millones de personas, un incremento de 1.3 millones en comparación con el año anterior. Gabriela Siller, directora de Análisis Económico y Financiero de Banco Base, señala que esto podría indicar una tendencia de desinterés por parte de la población en encontrar empleo, lo que constituye un desafío para la recuperación del mercado laboral.
A pesar de la baja en la tasa de desempleo, la calidad de los empleos sigue siendo una preocupación. La tasa de informalidad, aunque experimentó una ligera disminución en comparación mensual, mostró un leve crecimiento anual de 0.1 puntos porcentuales. Esto refleja que, a pesar de los avances en la creación de empleos, la calidad de estos trabajos sigue siendo un reto importante, especialmente en sectores donde la informalidad es predominante.